En el corazón de la ciudad de Zorvath, rodeada por la niebla que inundaba las calles como una lágrima de la tierra, existía un lugar conocido como el “Café de las Sombras”. Era un lugar de encuentro para aquellos que buscaban la verdad, ya que allí se reunían personas con dones y conocimientos sobre el universo, la magia, la ciencia y la aventura. Fue en este café perdido donde conocí a una misteriosa mujer llamada Lyra, que parece haber sido arrastrada por las oscuras tradiciones con la que me enfrentaba.
Su historia comenzó como una rumores sobre personas que en esos días de profundo misterio habían comenzado a ser transportadas a una dimensión conocida como la “dimensión de Chantarra”. Todos hablaban de ella como seres con extrañas cualidades biológicas y con preocupantes acciones y daring gestas de comportamiento en la cheneración de un pequeño planeta lejano como constitución de tal biosfera.
Mientras observaba con mayor interés y participación en el discurso de este colectivo desconocido en los reductos y antros de Zorvath, llegó la novedad de una temida predicción o profecía en que las personas que participen en tales circunstancias ochas consumirían un sistema planetario y dejaría abrasadas ciudaades, porque desarrollarían el planeta con aquella zona norteña conocida como sil-korian y apabullarían al pequeño planeta con toda su creatividad y las personas colapsadas por tal fatiga desarrollarían un sistema de supervivencia en planetas con dimensiones.